domingo, 19 de mayo de 2013

¿La marca para qué?

Una marca se tiene para  vender con ventaja, para  vender libre de la  presión de la competencia a un precio más alto,  para distinguir mi producto y para respaldar una promesa.


La marca se construye como se construye una relación;  a través del tiempo hilando con  mucha comunicación en diversos momentos y de variadas maneras.


Se comunica con todo; con el producto y su desempeño, con el empaque y su exhibición, con la publicidad y también a través de cada interacción que tengamos con nuestros clientes.


¿Qué buscamos con tantas formas de comunicación?  Impactar en la mente de las personas de manera que se enganchen con nuestra oferta.


No olvidemos que es gracias a la marca que los productos se ganan más espacio en los lineales de los supermercados, aun cuando su precio sea más alto.


¿A que se debe una cosa tan poco racional? A que es emocional.  Las decisiones de compra son tomadas a nivel inconsciente del cerebro, es decir una decisión emocional e instintiva y menos racional, esto significa que la comunicación de las marcas ciertamente debe apelar a la emocionalidad y esto se logra con un ejercicio creativo que apele a la capacidad de despertar emoción.



El problema que hoy atraviesan las marcas es que se han convertido en paisaje, un paisaje que empieza a embotar nuestras mentes, la publicidad se ha convertido en el primer problema que una marca debe enfrentar si quiere sobresalir en esta  era de la información, donde todos estamos sobre informados, sobre impactados, sobre saturados; cada día, somos objeto de mas y mas bombardeo de marcas. Sin embargo ¿cuántas de ellas podemos recordar al final del día?

Tan solo dos o tres, quizá cuatro. Así las cosas la función de vender con ventaja es una tarea cada vez más difícil que exige  una tarea clave: diseñar la estrategia.

La estrategia define como se lograrán los objetivos, su formulación requiere  información verídica, clave y sustancial para emprender el análisis,  que revele una oportunidad, -porque siempre la hay-
 lo suficientemente contundente como para emprender un plan que despierte deseo en los consumidores, deseo de consumo, deseo de pertenecer a la marca.

Lograr esto en medio del bullicio de las marcas no es fácil.

Es un trabajo que requiere tiempo, dedicación y habilidad.  La estrategia es la base de la creatividad, si no se tiene una; habrá que crearla, de lo contrario los recursos que se destinen para promover la marca bien podrían no tener ningún sentido, ningún retorno, salvo el de contribuir al embotamiento y la contaminación.

¿Para que se tiene una marca?, ¿cómo se construye?, ¿cuál es su valor? Las compañías invierten miles de millones año tras año, y de forma ininterrumpida en sus marcas, y aunque sabemos que mucho de ese dinero se malgasta en la intención de hacerla notar lo cierto es que sin una marca no se tiene oportunidad alguna para competir.


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